Felicitaciones al Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Piedecuesta en su décimo octavo aniversario. Si bien mis ocupaciones me impidieron estar presente en la ceremonia, mi corazón siempre estuvo allí. Y como siempre, la felicidad de unos es la tristeza de otros, pero el ente bomberil que desaparece nunca debió existir, fue producto de venganzas, rencor, envidia y eso le marcaba su efímera existencia.